Los senos son al mismo tiempo un atributo importante de la feminidad y un objeto de deseo de los hombres. Son tan omnipresentes en los anuncios de casi todos los productos que a veces es fácil olvidar cuál es su función principal: alimentar a nuestro bebé.
Los senos juegan un papel muy importante en la vida de una mujer y requieren la atención adecuada. Vale la pena recordarlo, especialmente ante los alarmantes datos de incidencia del cáncer de mama en nuestro país.
Es por eso que cuidar los senos no se trata solo del sujetador adecuado y las cremas reafirmantes. Lo más importante para su salud es la prevención del cáncer de mama. Aunque este eslogan puede parecer complicado, en realidad consiste solo en unos pocos elementos simples que necesitamos entretejer regularmente en nuestra vida cotidiana. A continuación te sugerimos qué hacer para disfrutar de un pecho sano y bonito durante mucho tiempo.
DIETA Y EJERCICIO
Una dieta que le gustará a sus senos es aquella que simultáneamente retrasará el proceso de envejecimiento de la piel y prevendrá el cáncer. Recuerde que una dieta significa un estilo de alimentación saludable, no hacer dieta y pasar hambre. Esto es lo que no les gusta mucho a tus senos, porque cada fluctuación de peso los priva de firmeza y afecta fuertemente su apariencia.
¿Qué productos cuidarán la salud de los senos y minimizarán el riesgo de la enfermedad? Seguro que todos los vegetarianos y veganos disfrutarán de esta información: los reyes de la dieta anticancerígena son la leche de soja, el queso de tofu y las verduras. Por eso te animamos a dejarte tentar cada vez más por los platos sin carne y a abrirte a nuevos sabores. Además, no se olvide de los alimentos ricos en ácidos grasos omega-3: pescado graso, semillas de chía, linaza y nueces. Si no eres alérgico a los cítricos, añádelos también a tu menú. Debido al contenido de limoneno, inhiben el desarrollo de tumores de las glándulas mamarias.
¿Qué no es bueno para los senos? Probablemente no te sorprenda el hecho de que los senos odien los cigarrillos y el alcohol. La única excepción que puede disfrutar de vez en cuando es una copa de vino tinto. Los resultados de la investigación realizada en 2005 mostró que el 21% de todos los casos de cáncer de mama son el resultado del abuso del alcohol, el sobrepeso y la falta de ejercicio.
No es de extrañar: el trabajo sedentario y el descanso (por ejemplo, sentarse frente al televisor después de largas horas de trabajo) no es lo que más le gusta a nuestro busto. No te animamos a cambiar drásticamente tus hábitos. Te animamos a introducir poco a poco algo de actividad física en nuestra programación diaria. Una piscina una vez a la semana, una caminata enérgica por el parque, paseos diarios con el perro o incluso andar en bicicleta son buenos pasos hacia el cambio.
AUTOEXAMEN
El autoexamen de los senos le permite detectar rápidamente todos los cambios y anomalías. Es simple y no toma mucho tiempo. Pero seamos honestas: las mujeres a veces nos alejamos por temor a sentir algo perturbador. La buena noticia es que hasta el 80 % de los cambios en los senos no tienen nada que ver con el cáncer. Estos son cambios benignos que pueden verse influenciados por el momento del ciclo, la lactancia, el embarazo u otros factores. El mejor momento para hacerse la prueba es entre los días 6 y 9 de su ciclo. Puedes hacer la prueba frente a un espejo o en la ducha. La piel húmeda y jabonosa hará que sea más fácil sentir cualquier irregularidad.
¿CÓMO AUTOEXAMINAR TUS SENOS?
- Levante los brazos y mire de cerca los senos. Preste atención a si su forma, color de piel y la apariencia de las verrugas han cambiado.
- Ahora haz la misma observación con las manos en las caderas.
- Apriete suavemente los pezones y verifique que no salga líquido de ellos.
- Si nota algún cambio molesto en la apariencia de sus senos, haga una cita con un ginecólogo.
ULTRASONIDO Y MAMOGRAFÍA
Otra parte de la prevención del cáncer de mama son los exámenes de ultrasonido regulares. La primera prueba debe realizarse después de los 30 años y repetirse cada 2 años (a menos que esté en riesgo, es decir, si su hermana, madre o abuela no han sido diagnosticadas con cáncer).
Durante el primer examen de ultrasonido, vale la pena prestar atención a la información sobre qué tejido predomina en nuestros senos. Si es principalmente adiposo y glandular, además de los exámenes de ultrasonido, está indicada la mamografía regular. De lo contrario, la primera mamografía no se realiza hasta los 40 años.
EMBARAZO Y LACTANCIA
Resulta que los senos pueden recompensarnos si les permitimos cumplir su destino : tanto el embarazo como la lactancia ayudan a reducir el riesgo de cáncer de seno.
¿Por qué está pasando esto? El embarazo y la lactancia reducen el número de ciclos menstruales en una mujer, haciéndola menos expuesta a las hormonas. Además, durante la lactancia comemos más sano, nos cuidamos más, renunciamos a los estimulantes nocivos.
Los resultados de la investigación muestran que la lactancia materna puede reducir el riesgo de cáncer de mama entre un 5 y un 10 %, especialmente si una mujer está amamantando durante más de 1 año. Además, las madres que amamantan tienen menos probabilidades de sufrir las formas más agresivas de cáncer.